La noche que dormí contigo
La noche que dormí contigo,
no me atreví a ponerte un dedo encima.
Y ahí sigo, en ese colchón
con una pequeña cobija,
vos respirando en mi pecho.
Y aunque te tuve en mis brazos,
no te puse un dedo encima.
Y te soy sincero,
esa noche fue así, para eso.
Para sentirte respirar,
darme cuenta que no estabas ahí
por algún ardid,
o trampa que te haya tendido,
que era yo quien dormía contigo.
Me enseñaste a querer tu cuerpo
vestido, pequeño, cerca del mío.
A respetarte, a desear compartir
una cama con vos.
Me enseñaste
que los abrazo que perduran
una noche entera, tras los sueños
son una abrazos que no se rompen…
Aún cuando estamos lejos.
graffitti
Mientras espero tus hermosas tetas,
Olvido si cuando me pintaron en el muro
Fue en acuarela, me bocetearon,
o soy un garabato pegado al concreto.
Me acorrala la congoja de
la simple bi-dimesionalidad
contra las montañas de tu pecho
El apurado pulso y el paladar
hecho un charco de babas
Ante dos muy redondas tetas,
muy pronunciadas,
muy ajenas
tras una ajustada blusa blanca.
Sin título, por ahora
Confieso,
Te quiero comer.
Las amarras de mis muñecas
Ceden de a poco
estoy por liberarme.
Pero al hallarme libre
no saltaré a morderte
suavemente el cuello.
Ni con garras
te arrancaré la ropa con violencia.
Te haré creer
que sigo atado.
Estarás cerca soplando
Tu aire en mi cara
y apenas rozándome los labios.
Me darás la espalda,
Te desentenderás,
pues sigo amarrado fuertemente.
Pero no,
Me levantaré despacio
Sigilosamente,
llegaré a estar a pocos pasos.
Un brazo te sujetara por la cintura,
Otro estará deslizándose por tus pechos.
Sentirás frío, al poco tiempo
estarás desnuda…
Después
te comeré